¿Por qué las croquetas son el aperitivo perfecto?
Las croquetas son uno de esos platos que siempre traen consigo un aire de celebración, ¿verdad? Ya sea que las prepares para una cena familiar, una reunión con amigos o simplemente para consentirte un poco, estas delicias crujientes son siempre bienvenidas. La receta que te traigo hoy es una mezcla irresistible de pollo y jamón, al estilo del gran Karlos Arguiñano. Si eres amante de la cocina, te aseguro que este plato te hará sentir como un chef profesional en tu propia casa. Pero, ¿qué hace que esta receta sea tan especial? Además de ser deliciosa, es bastante sencilla de preparar, y todos los ingredientes son fáciles de conseguir. Así que, ¡manos a la obra! Vamos a sumergirnos en el delicioso mundo de las croquetas de pollo y jamón.
Ingredientes Necesarios
Antes de empezar a cocinar, vamos a reunir todos los ingredientes que necesitamos. Te prometo que no son muchos, y probablemente ya tengas algunos en tu cocina. Aquí te dejo la lista:
- 300 gramos de pechuga de pollo cocida y desmenuzada
- 100 gramos de jamón serrano o jamón york, según tu preferencia
- 1 cebolla pequeña
- 50 gramos de mantequilla
- 60 gramos de harina de trigo
- 500 ml de leche
- Nuez moscada al gusto
- Sal y pimienta al gusto
- Pan rallado para rebozar
- 1 huevo batido
- Aceite de oliva para freír
Preparación de la Masa de las Croquetas
Sofríe la cebolla
Comencemos con el primer paso: pelar y picar finamente la cebolla. En una sartén grande, derrite la mantequilla a fuego medio. Una vez derretida, agrega la cebolla y sofríela hasta que esté transparente y ligeramente dorada. Esto le dará un sabor increíble a nuestra mezcla. ¡La cocina se llenará de un aroma que hará que se te haga agua la boca!
Agrega el pollo y el jamón
Cuando la cebolla esté lista, es hora de incorporar el pollo desmenuzado y el jamón picado. Revuelve bien para que se integren los sabores. Aquí es donde empieza la magia. El jamón aporta un toque salado que complementa perfectamente al pollo. Deja que se cocine todo junto durante unos minutos.
Prepara la bechamel
Ahora, es el momento de añadir la harina. Espolvorea la harina sobre la mezcla de pollo y jamón, y remueve constantemente durante un par de minutos. Esto es esencial para que la harina se cocine y no tenga ese sabor crudo. Luego, poco a poco, comienza a verter la leche mientras sigues removiendo. Este es el secreto para conseguir una bechamel suave y sin grumos. Continúa cocinando a fuego medio, removiendo constantemente hasta que la mezcla espese. ¡Paciencia! No querrás apresurarte en este paso.
Sazona a tu gusto
Cuando la mezcla tenga una consistencia cremosa y espesa, añade sal, pimienta y una pizca de nuez moscada. Recuerda que el jamón ya tiene sal, así que no te pases. Prueba la mezcla y ajusta los sabores a tu gusto. Una vez que esté perfecta, retírala del fuego y deja que se enfríe un poco.
Formando las Croquetas
Da forma a las croquetas
Cuando la masa esté tibia, es hora de dar forma a nuestras croquetas. Puedes usar tus manos o una cuchara para tomar pequeñas porciones de la mezcla y darles forma de bolitas o cilindros, según prefieras. Aquí puedes dejar volar tu creatividad, pero recuerda que la forma clásica es la de una croqueta alargada. ¡Diviértete mientras lo haces!
Reboza las croquetas
Una vez que tengas todas las croquetas formadas, es momento de rebozarlas. Pasa cada croqueta primero por el huevo batido y luego por el pan rallado. Asegúrate de que queden bien cubiertas. Este paso es crucial para que queden bien crujientes al freírlas. ¡La textura es la clave!
Freír las Croquetas
Calienta el aceite
En una sartén honda, calienta abundante aceite de oliva a fuego medio-alto. Puedes comprobar si el aceite está listo echando un pequeño trozo de pan; si burbujea y se dora rápidamente, ya está. Este es el momento perfecto para empezar a freír.
Fríe las croquetas
Con cuidado, coloca las croquetas en el aceite caliente. No las sobrecargues, ya que necesitan espacio para dorarse de manera uniforme. Fríelas hasta que estén doradas y crujientes por fuera. Esto no debería tardar más de 3-4 minutos. Una vez listas, retíralas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
¿Cómo Servir las Croquetas?
Las croquetas de pollo y jamón son perfectas para servir como aperitivo, pero también pueden ser un plato principal acompañado de una ensalada fresca. Puedes presentar un plato con varias croquetas, decoradas con un poco de perejil picado por encima. ¡Es una delicia para la vista y para el paladar!
Consejos para el Éxito
- Varía los ingredientes: Puedes experimentar con otros ingredientes como espinacas, queso o setas para darle un toque diferente.
- Congela las croquetas: Si haces más de las que necesitas, puedes congelarlas antes de freírlas. Solo asegúrate de separarlas para que no se peguen.
- Disfruta con salsas: Sirve las croquetas con salsas como alioli, salsa de tomate o mostaza para añadir un extra de sabor.
¿Puedo hacer croquetas de pollo y jamón con pollo crudo?
Te recomiendo que uses pollo cocido, ya que es más seguro y fácil de desmenuzar. Sin embargo, si prefieres usar pollo crudo, asegúrate de cocinarlo completamente antes de mezclarlo con los otros ingredientes.
¿Cómo puedo hacer las croquetas más saludables?
Una opción es hornearlas en lugar de freírlas. Simplemente colócalas en una bandeja de horno con un poco de aceite en spray y hornéalas a 200°C hasta que estén doradas.
¿Cuánto tiempo se conservan las croquetas en la nevera?
Pueden durar hasta 3 días en la nevera. Si las congelas, pueden mantenerse bien hasta 3 meses.
¿Puedo hacer croquetas sin gluten?
¡Claro! Solo necesitas sustituir la harina de trigo por una harina sin gluten y el pan rallado por uno que también sea sin gluten. Así podrás disfrutar de esta deliciosa receta sin preocupaciones.
Así que ahí lo tienes, una receta de croquetas de pollo y jamón al estilo Arguiñano que es deliciosa y fácil de hacer. Espero que te animes a probarla y que la disfrutes tanto como yo. ¡Buen provecho!